viernes, 20 de noviembre de 2015

Juntos nada más - Anna Gavalda

Este libro lo conocía porque me lo regaló hace por lo menos diez años una de mis tias para reyes, y en su momento me encantó y lo recordaba con mucho cariño. Como siempre que llega mi turno no tenía ni zorra de que libro iba a elegir, en algún momento se me cruzó este por la mente y pensé que por qué no releerlo.

Camille Fauque tiene 26 años, dibuja de maravilla, pero no tiene fuerza para hacerlo. Frágil y desorientada, malvive en una buhardilla y parece esmerarse en desaparecer: apenas come, limpia oficinas de noche, y su relación con el mundo es casi agonizante. Philibert Marquet, su vecino, vive en un apartamento enorme del que podría ser desalojado; es tartamudo, un caballero a la antigua que vende postales en un museo, y el casero de Franck Lestafier. Cocinero de un gran restaurante, Franck es mujeriego y malhablado, casi vulgar, lo cual irrita a la única persona que le ha querido, su abuela Paulette, que a sus 83 años se deja morir en un asilo añorando su hogar y las visitas de su nieto. Cuatro supervivientes, cuatro personajes magullados por la vida, cuyo encuentro va a salvarlos de un naufragio anunciado. La relación que se establece entre estos perdedores de corazón puro es de una riqueza inaudita, tendrán que aprender a conocerse para lograr el milagro de la convivencia. Juntos, nada más es una historia viva, con un ritmo suspendido en el aire, llena de esos minúsculos dramas personales que seducen por su sencillez, su sinceridad y su inconmensurable humanidad.  

Para empezar, en la relectura, me ha parecido más largo de lo que recordaba. Creo que haciendolo cien páginas más corto el libro funcionaría mejor. Aún así, con esas cien páginas de más, ha vuelto a parecerme un libro muy mono. La primera vez que lo leí fue en papel, y no recuerdo que estuviera tan plagado de faltas de ortografía y mucho menos de tremendas faltas de coherencia así que todo eso voy a hacer como que no ha pasado y echarle la culpa al epub, que es horroroso.

Lo mejor que tiene este libro en mi opinión, es la manera que tienen los personajes de meterte en el bolsillo. Como tiene la capacidad de enseñartelos tal y como son, egoístas, aspergers, deprimidos y necesitados y a la vez sentirlos como gente conocida y querida. Al principio parece que va a ser un libro deprimente, con franceses remilgados, pero resulta que no, es una historia de curación, de encontrar una familia a la que no te unen lazos de sangre y una historia de amor sin grandes pretensiones. Camille y Franck se van acercando muy poco a poco, venciendo los prejuicios que tenían, quitándose capas de armadura y echándole muchos huevos apostando por algo que les ha fallado siempre. Me parece tiernísima la manera en la que Franck, que parece tan imbécil de primeras, le hace la comida a Camille, por ejemplo. O como se compra calzoncillos nuevos ante la posibilidad de pasar la noche juntos, a pesar de no estar seguro de si es una broma o no.

Paulette y Philibert son unos secundarios muy decentes, Philibert es el típico tio raruno al que quieres proteger, y Paulette es la abuela demandante de atención que todos tenemos. Esa para la que siempre es pronto para irte. Y que Philibert encuentre novia y a sus padres esté a punto de darles un yuyu es un puntazo.

Hace diez años yo era más joven y más pava y quizá si lo leyera ahora por primera vez en lugar de entonces habria pasado más sin pena ni gloria para mí. Pero es un libro que puede ser muy reconfortante si lo lees con pocas pretensiones, como un caldito caliente de los que hace Franck.


" -¿Camille?
 - ¿Sí?
 - Dime algo agradable…
 - ¿Por qué?
 - Para que empiece bien el año…
 - No. Yo no suelto cumplidos por encargo.
 - Anda…
 Camille se dio la vuelta y le dijo:
 - Mezcla un poco las churras con las merinas, la vida es más divertida cuando hay un poco de desorden…
 - ¿Y yo? ¿No quieres que te diga yo algo agradable para que empieces bien el año?
 - No. Sí… Venga, dime.
 - ¿Sabes…?, eran maravillosas tus tostadas… "