martes, 21 de marzo de 2017

El silencio de la ciudad blanca- Eva García Saénz de Urturi

Hace unas semanas estaba rellenando el Kindle y este libro me fue sugerido como algo parecido a la saga del Baztán de Dolores Redondo, y aunque ya sabía que no iba a ser igual ni de coña, una rapida búsqueda online me animó a leerlo, porque la gente lo ponía muy bien. La misma noche que empecé a leerlo, totalmente vacía de expectativas (de hecho más bien esperaba que fuera una mierda) mi querida Bich me recordó que me tocaba elegir libro, así que TACHAAAAAAAÁN, silencio de la ciudad blanca para el club.

Primero una breve sinopsis:
Está ambientado en Vitoria, parte de la base de que hace unos veinte años hubo varios crímenes en la ciudad, en el que un asesino en serie representaba una escena muy concreta con niños de ambos sexos. Esos crímenes se solucionaron, unos hermanos gemelos se vieron envueltos en el centro de la trama puesto que uno era el asesino y el otro el policia que lo encerró. El libro comienza veinte años más tarde, cuando el asesino está dentro de la cárcel y aún así se acaban de renaudar los crímenes, idénticos a aquellos. ¿Es un imitador? ¿O es que hay un inocente entre rejas?

Tengo que decir que el libro está sorprendentemente bien, la historia engancha, los crímenes están bien pensados, hay un buen culebrón arrastrado por las décadas detrás, se intercalan los años setenta con la actualidad, lo que siempre es una buen técnica en este tipo de libros y el final es sorprendente (relativamente, cuando la novela policiaca te apasiona, eso es realmente difícil). Hay otra cosa que creo que está bastante bien llevado en la novela y es la ambientación local. Cuando haces un libro e intentas que la localidad real donde lo ambientas sea otro de los personajes corres el riesgo de que parezca un panfleto publicitario y la gente acabe harta de que nombres restaurantes o rincones que no conocen y no quieren conocer. Bien, a mí esto no me ha ocurrido, al revés, me han dado ganas de ir de visita a Vitoria y ponerme púa a comer. Lo que agradezco mucho, se aprecia el cariño de la autora por la ciudad pero no resulta cansina.

Pegas del libro: los diálogos. Nadie habla así en la realidad, señora. De hecho si Kraken (un mote que tampoco me pega para un vasco adolescente) hablara así en la realidad sería un intenso insoportable de pelotas. Otra pega: demasiadas desgracias personales. No todos los personajes tienen que haberlas pasado putisimas para ser interesantes. Una desgracia, vale. Desgracias que te cagas para todos, too much, poco creíble. En general en este tema me ha pasado como en la saga del Baztán, demasiado americanizado. Si estamos en Vitoria la gente tiene que comportarse como en Vitoria, no como en Iowa. Si no, resulta ortopédico y poco natural y no te permite sumergirte del todo porque siempre está ese artificio. Y el rollo de los apellidos compuestos? TODOS EN EL LIBRO LOS TIENEN, pues así no es nada difícil encontrar víctimas...

 La historia de amor, bien, aunque un poco forzada. Me falta un poquito más de lubricante emocional para que me entre mejor.

Pero bueno, pienso que son cosas perdonables, que hacen que en vez de un 10 sea un 7,5, que es una nota de lo más aceptable para este tipo de libros, libro piscina o libro avión.

Mi mejor elección hasta ahora para el club.