Tannie Maria es una mujer viuda que trabaja escribiendo recetas en el periódico local. Debido a ciertos cambios en la dirección del rotativo, Maria tiene que cambiar su columna de recetas por un consultorio sentimental. Tras el rechazo inicial, se decide a hacerlo, aunque se niega a dejar de lado sus recetas, ya que su teoría esa que todo se arregla comiendo.
Una de las mujeres que escribe a su consultorio aparece muerta y Tannie Maria, junto a sus compañeras de la Gazette, entran en acción para descubrir al asesino. Tras un montón de enredos, recetas y cabreos de la policía local, el libro termina felizmente tras haber descubierto al malo y haber solucionado varios problemas sentimentales gracias a la comida.
Es un libro muy ligero, que se ve venir a kilómetros, pero que para leer este verano, al lado de la piscina o del mar, es un entretenimiento muy digno.
Me subí al carro de este libro tan contenta porque me lo acababa de leer.
ResponderEliminarEs un libro que me ha gustado mucho por varias razones
- mantiene el suspense
- te interesan los personajes y lo que les pasa
- aprendes afrikaans básico, por lo menos porche, camioneta y alguna palabra más. Esto al principio me parecía un poco molesto sobre todo porque el glosario está al final del libro. Pero llega un momento en el que más o menos sabes qué significan las cosas y dejas de buscar.
- la protagonista es una persona buena. Esto demuestra que no es necesario que los protagonistas, detectives o demás tengan un trauma existencial, que puedes ser una persona buena que se ve involucrada en una historia de misterio y lo resuelve. STOP protagonistas chungos y ojalá más gente buena y bonita en los libros.
Creo que es el primero de una saga. Leeré el próximo, sin duda. Muy recomendable
Me ha parecido muy entretenido por lo general. Es de ritmo algo irregular, pero está bien y mejora desde la segunda mitad. Es típico libro de misterio, aunque la protagonista es algo atípica, no es la jovenguapadelgada. Es una protagonista algo mayor, algo fondona y algo en la parra. Y da ternurita, porque a pesar de todo lo que le ha pasado con el marido la señora vive tranquila y disfrutando de su cocina, de su porche y de su trabajo. El libro también da hambre a ratos, que la señora se pasa todo el libro cocinando (aunque será que las recetas me han parecido menos apetitosas que en otros libros en los que la cocina también es importante, porque no me ha provocado tanta gana de comer... bueno, menos cuando describe la tarta de chocolate maravillosa. Ñam).
ResponderEliminarLa parte de la cocina me ha parecido un poquito forzada. Entiendo que la autora quisiera dar importancia a la cocina y a los platos y que resaltara lo obsesionada que está la prota con eso, pero se pasa. Es imposible llevar la cuenta de cuántos tés preparan o de cuántas hornadas de galletas de esas hace la señora. La repetición hasta el absurdo es una forma muy burda de destacar la presencia de algo.
Lo que no acabo de ver es lo de la saga. El libro estaba bien donde se quedó y no era necesario mandar a esta señora a resolver más crímenes por estas Sudáfricas de dios, pero bueno, lo típico de estas novelas.
Novela piscinera bien.
El libro ha comenzado gustándome mucho, aunque según pasaba páginas se me iba haciendo más cansino. La protagonista, de edad indefinida, es entrañable. Toda su vida gira en torno a los alimentos y la comida, y para cada problema busca en una receta la solución.
ResponderEliminarLo dicho, al principio dices "ay que mona" pero luego la cosa empieza a chirriar hasta que incluso te planteas si la pobre chochea. Eso sin hablar que tiene una despensa que ni Masterchef. ¿Quién no se levanta y tiene en casa todo lo necesario para cualquier comida que te pida el cuerpo? Y no hablo de una tarima de helado, sino de primero, segundo y postre, casero y de alta cocina. Cuando comienza a sincerarse con el apio es el punto en el que me refiero al chocheo. ¿Y lo de "me voy a atrapar al asesino pero no sin mis galletas? De coña.
La historia de misterio bien, entretenida hasta el final. La relación de los dos sospechosos se va volviendo absurda por momentos.
Otra cosa que me ha atacado los nervios son los términos en afrikaans. Vale que una es un poco pava y no ha visto el glosario, pero, ¿Era necesario el tormento?